jueves, 13 de agosto de 2009

viernes, 7 de agosto de 2009

La adicción a las drogas ilícitas, al alcohol e, incluso, a ciertas drogas empleadas en medicina como los tranquilizantes o los analgésicos, y que se conocen como sicoactivas, es uno de los problemas de salud pública más importantes en todo el mundo.
En ella pueden caer desde los niños y los adolescentes hasta los a los adultos, sin distingo de clase social o de nivel educativo. Es más, la comunidad médica ya considera la adicción como un desorden crónico que afecta a las neuronas encargadas de los procesos mentales de pensamiento, raciocinio, voluntad y placer.
El adicto no es voluntariamente adicto; más bien es víctima de un conjunto de circunstancias orgánicas y ambientales que lo conducen a seguir una línea de comportamiento y un estilo de vida que, si bien puede abandonar, le resulta muy difícil.
De hecho, actualmente los índices de adicción a las diferentes sustancias mencionadas son tan alarmantes, que sus repercusiones, amén de afectar la tranquilidad y economía familiares, constituyen un rubro muy alto en el presupuesto, particularmente en lo que se refiere a investigación médica, prevención y rehabilitación de los adictos. Tan sólo en Estados Unidos, por ejemplo, la inversión de los últimos años ha sido de 80 mil millones de dólares anuales.
Es por ello que trabajar en la prevención es una de las tareas más urgentes de la sociedad, comenzando por la familia, que debe estar adecuadamente informada sobre las “opciones” que se encuentran en las calles, en los círculos de amigos, en los colegios y universidades.
Un hecho policial reciente ha reactualizado un severo problema: la presencia de la droga en las escuelas. En efecto, la comprobación de que se vendían estupefacientes en establecimientos educativos de Llavallol y la ulterior detención de una banda delictiva acusada de vender marihuana y cocaína a estudiantes del nivel medio ha reabierto una cuestión que reclama sinceramiento por parte de todos los sectores para ser encarada con eficacia.
De acuerdo con encuestas elaboradas por la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), en seis de cada diez colegios se registran episodios en los cuales la violencia, el alcohol o la droga hacen sentir su influencia. Por otra parte, si se indaga sobre los lugares en los cuales los adolescentes consumen droga, las respuestas obtenidas por el grupo Sophia indican que el 10% lo hace en la escuela, el 32% en la calle y el l9% en discotecas o en casas de amigos. En las cifras consignadas se aprecia que un porcentaje de los alumnos se inicia o cultiva la adicción a las drogas dentro del ámbito escolar.
Entre las preguntas que se formulan ante esta ingrata realidad figura la de por qué cede el adolescente a la tentación de drogarse. Al respecto, es oportuno recordar encuestas realizadas por la Subsecretaría de Asistencia y Prevención de las Adicciones. De esa fuente se desprendía que el 24,6% lo hacía en busca de experiencias nuevas; el 21,6% porque padecían de conflictos familiares que no sabían o no podían resolver; el 9,3% por el deseo de estimularse; el 7,4% por presión de los amigos, y la proporción que resta declaró no saber por qué lo hacía. Puede agregarse en este cuadro que el deslizamiento hacia la drogadicción es facilitado por la ingestión de alcohol y el tabaquismo, antecedentes que no deben ser omitidos.
En esta revisión de algunas claves del problema surge la pregunta acerca del modo como los estudiantes pueden adquirir drogas prohibidas. En este sentido es sabido -aunque parezca sorprendente- que la compra se puede efectuar en lugares accesibles y a menudo bien conocidos, cercanos a las escuelas y, lo que es muy grave, incluso dentro del establecimiento escolar. También, por supuesto, en lugares de esparcimiento frecuentados por los egresados en sus viajes de fin de curso.
Lamentablemente, el consumo de drogas ha pasado a ser, en muchos casos, una especie de rito de iniciación. Todo esto reafirma la necesidad de velar positivamente por la salud moral y física de los estudiantes. En ese aspecto, es menester subrayar el efecto favorable que puede llegar a tener toda propuesta de actividad que movilice las energías de los jóvenes hacia metas nobles y constructivas. Esto se revela en la promoción de proyectos artísticos, técnicos, artesanales o deportivos.
En el mundo de hoy la amenaza de la droga no se disipa y eso torna cada vez más necesario y urgente que se vigorice la buena comunicación de los padres y los docentes con los jóvenes y, del mismo modo, que se desarrollen vínculos de amistad en los grupos de pares dedicados a tareas que dignifiquen y enriquezcan sanamente la vida de los adolescentes.
Aumenta la drogadicción entre las jóvenes, por maltrato de la madre
Leticia Robles de la Rosa Ciudad
Viernes 28 de Nov., 2003 Hora de creación: 00:00 Ultima modificación: 04:15
El consumo de drogas como tabaco, alcohol, cocaína y sus derivados crece entre las estudiantes preparatorianas, más que entre los varones; en algunos casos, como efecto del maltrato físico y psicológico de los padres hacia los hijos.“Al parecer, la oferta de drogas está cada vez más cerca de los estudiantes”, quienes también presentan depresiones producidas por problemas económicos y decepciones amorosas.Son pocos los padres de preparatorianos que respetan las decisiones e independencia de los jóvenes, lo cual genera distanciamiento entre ambos y ello provoca el uso de drogas, embarazos prematuros, deserción escolar y bajo rendimiento académico.Así lo establece el informe del Centro Preparatoriano de Psicoterapia y Psicoanálisis de la UNAM, dirigido por el especialista Enrique López Flores, quien con apego a la confidencialidad de los casos que ha tratado durante los tres años de funcionamiento de este centro, destaca adicciones, violencia intrafamiliar, deficiencia académica, actividad sexual, descontrol paterno y depresión, como los problemas frecuentes que viven los jóvenes.“Es frecuente el uso de drogas, sobre todo tabaco, alcohol, cocaína y sus derivados; entre mujeres ha aumentado ese consumo. Al parecer la oferta de drogas está cada vez más cerca de los estudiantes”.“Además que, en algunos casos, los consumidores, varones y mujeres, manifiestan un conflicto con la madre (en general con la familia), y es, en ocasiones, un efecto del maltrato físico y/o psicológico de ésta hacia los hijos”.El reporte de este centro de atención estudiantil revela también que es más frecuente el maltrato de las madres hacia sus hijas que de los padres hacia los hijos; “a veces como resultado de la separación o el divorcio de los padres, del abandono de uno de ellos, de los conflictos entre pareja, infidelidad y celos”.Uno de los aspectos que más preocupa en el ámbito de la depresión que registran los alumnos tratados, es el predominio de asuntos económicos y decepciones amorosas.“Los casos de depresión son muy abundantes y sus causas casi siempre son rencores guardados durante mucho tiempo, especialmente contra alguno de los padres”.Precisa que la depresión se manifiesta de muchas maneras, la pereza y la falta de concentración para estudiar son los más comunes, pero también “tenemos los desequilibrios del sueño, casi siempre exceso, y de alimentación”.El exceso de sueño es común entre los varones y los transtornos alimenticio entre las mujeres, sobre todo la obesidad y la anorexia.Otro de los fenómenos detectados por este Centro es que muchos padres de familia están preocupados por perder el control de sus hijos y presentan dificultades para promover su autonomía.“Existen varios casos en los que los padres y madres ven en la atención psicoterapéutica una manera de sentirse apoyados para mantener el control o reforzarlo a través de psicólogo y presionan a sus hijos a pedir la atención cuando son ellos los que indirectamente demanda la ayuda”.“La mayoría de las veces, los problemas de los jóvenes reflejan fielmente la problemática de la pareja de los padres, cuya solución se pospone indefinidamente hasta que se vuelve insoportable para toda la familia”.Advierte que “en realidad, son pocos los padres que respetan las decisiones e independencia de los hijos, lo cual hace que éstos se distancien de aquéllos, en parte por una gran inseguridad de los padres, lo cual provoca lo que éstos querían evitar, como el uso de drogas, embarazos prematuros, deserción escolar o baja de rendimiento escolar”.ACTIVIDAD SEXUALLa saturación de información.respecto al sexo, a veces provoca el efecto contrario,pues despierta en los jóvenes inquietudes anticipadas en la edad para iniciar su vidasexual y sin cuidado en la protección.Se recomienda más cautela en este aspectoPROBLEMAS ACADÉMICOSEn muchos casos se detecta un aumento alarmante del desinterés Por el estudio. Hay una queja permanente De la exagerada libertad Para entrar o no a las Clases, sobre todo entre los jóvenes de nuevo IngresoDEPRESIONESLos jóvenes pueden buscar ayuda para mejorar su rendimientoescolar, pero a lo largo de la terapia descubren una problemática de duelo o ruptura con la novia o novio, o la muerte de uno de los padresVIOLENCIA INTRAFAMILIAREs más frecuente que la madremaltrate a sus hijas,que los padres lo hagan con los hijos.Esto genera un distanciamiento que produce precisamentelos problemas que deseaba evitar, como embarazo prematuro ydrogas

drogadiccion en guatemala

Aumenta drogadicción infantil Por: Lorena Seijo
La edad en que las personas empiezan a consumir drogas ha bajado de los 15 a los 8 años.
Un estudio efectuado por la Red Guatemalteca contra la Drogadicción detalla que la situación es preocupante.
“Cada vez son más jóvenes los consumidores, y cada vez consumen drogas más fuertes, como el crack”, explicó Leonel Dubón, de esa agrupación.
La red realizó un estudio entre ocho mil jóvenes guatemaltecos, y concluyó en que el sector más afectado son los niños de escuelas públicas.
Dubón indicó que la falta de políticas gubernamentales ha provocado que el número de adictos se incremente. “Desde hace ocho años se vienen presentando informes que señalan este aumento, pero no se ha hecho nada”, dijo.
Destacó que la mayoría de organizaciones que trabaja con drogadictos no recibe ningún tipo de ayuda estatal.
“El aumento del tráfico de drogas en Guatemala está provocando que las drogas sean más accesibles.
De hecho, muchos jóvenes son utilizados como expendedores, después de haberse vuelto adictos”, agregó Dubón.
“Hemos detectado que los establecimientos educativos son punto clave para prevenir la adicción”, enfatizó.